Han pasado 25 años desde la caída del muro de Berlín, y ahora, los muros que se construyen son cada vez mayores. En Europa, Ceuta y Melilla, Israel y Cisjordania, las dos Coreas, Uzbekistán y Kirguizistan, Arabia Saudí e Iraq, Marruecos y Sahara, Iraq y Kuwait, India y Bangladesh, Botsuana y Zimbabwe, EEUU y México, Bulgaria, Turquía y Grecia. Hoy en día son muros infranqueables bajo la vigilancia de miles de policías. Muros de la vergüenza o de la sin vergüenza que impiden el paso a zonas mas seguras para miles de personas que huyen de la hambruna, la guerra, la pobreza la miseria. Muros que dejan ver la crisis política, humanitaria y de valores que sufre hoy Europa.
En 2015 se nos dijo que el estado Español recibiría más de 8000 refugiados, pero al finalizar el año sólo había recibido 18. Lo mismo en Francia (7 personas de 300), en Navarra solamente 16… Y por si ésto fuera poco, Austria acaba de aprobar una de las leyes más duras contra las migraciones, una ley que disminuirá el derecho al amparo. Además prevé construir un muro de 400m en la frontera con Italia.
Europa no puede seguir negando lo que está ocurriendo en sus fronteras. Debería replantearse cual es su función en el mundo. Todo lo que ahora está pasando, todas las personas que están viniendo a Europa, son el resultado de una política internacional llena de errores.
Además de la responsabilidad que pueda tener Europa en todo esto, cada uno/una de nosotros/as debemos entender que aunque nuestra responsabilidad no es absoluta, tenemos relación con todo además de muchos quehaceres: estar bien informados/as, tener una opinión crítica, inquietud por hacer cosas, y ser solidarios/as con las personas que lo están pasando peor es nuestro deber. Que no se alargue más ésta situación, no en nuestro nombre.
Bego Zestau – Servicio de Inmigración.
El muro de Lima no divide estados si no barrios. Foto: VOLANTE Y RASANTE.