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¿Qué ocurre cuando no gestionamos correctamente los residuos?

 

triple impuesto

Los Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SRAP) se basan en la idea de que las empresas productoras son responsables de los residuos que generan, desde el diseño del producto hasta el fin de su vida útil.

Cuando compramos un producto envasado podemos ver un símbolo consistente en dos flechas que forman un círculo. Este símbolo se denomina “punto verde” y significa que al precio del producto se le ha añadido el coste de gestionar el envase de forma separada.

Este símbolo se puede ver en productos de materiales diferentes: papel y cartón, vidrio y envases ligeros, principalmente.

En el caso del papel y cartón y los envases ligeros la mancomunidad recibe una devolución de dinero por parte del SRAP (Ecoembes) por realizar su gestión desde la recogida hasta su tratamiento. Estas devoluciones se contabilizan como ingreso a la hora de establecer la tasa. La cantidad devuelta se establece en base al peso de los residuos gestionados y se aplican
penalizaciones por la presencia de impropios.

En el caso del vidrio, al ser el mismo SRAP quien realiza la recogida y tratamiento (Ecovidrio), la mancomunidad no recibe devoluciones por este material.

Por otra parte, hay que recordar que como personas consumidoras hemos pagado por la gestión separada de los envases ligeros, del papel y cartón y del vidrio que tiramos al contenedor de rechazo, a los que se le aplica una tasa de entrada a vertedero además de un impuesto por no reciclarlos.

Pérdida de empleo

Es habitual escuchar que se crean más puestos de trabajo cuando no se separan los residuos en casa, y en cambio es precisamente lo contrario:

LA ECONOMÍA CIRCULAR CREA EMPLEO

Cuanto más tarde en el proceso se separen los residuos, peor es la calidad de los materiales y por tanto más difícil es reciclarlos.

Teniendo en cuenta que reciclar genera 9 veces más empleo que llevar los residuos a vertedero, y la reutilización genera 30 veces más empleo, no separar los residuos en casa supone la pérdida de muchos puestos de trabajo.

 

daño ambiental

contaminación de nuestro pueblo y mayor gasto público

Es habitual ver colchones, televisores o muebles abandonados junto a los contenedores. La gestión de estos residuos tiene un coste de más de 100.000 € al año. Además, contribuyen a la presencia de roedores y a la suciedad y contaminación de nuestro entorno y el impacto visual que crean es enorme.

Los residuos más comúnmente abandonados son: muebles y electrodomésticos, colchones, residuos de construcción, madera, neumáticos, juguetes y residuos de poda y jardinería.