La diversidad es un hecho, una riqueza enorme de la sociedad humana. Es un elemento que favorece el aprendizaje, conocer otras maneras de ser y de afrontar la vida.
Contribuye a ser consciente y valorar positivamente la propia identidad como ser único, diverso e irrepetible. Desde ahí, favorece relaciones interpersonales e interculturales de calidad.
Su gestión lleva actitudes de empatía, aceptación de las otras personas, respeto, tolerancia, solidaridad y habilidades como la escucha, la comunicación, el afrontamiento de conflictos y la negociación.
Sin embargo, existen obstáculos para su valoración positiva. Existe una cierta visión negativa de lo diferente, del “otro”. La diferencia suscita inquietud porque altera lo que es esperable desde el yo y desde la propia cultura; supone además un esfuerzo para comprender, aceptar e incluso cambiar.
A veces suceden fenómenos como prejuicios, estereotipos, rumores y relaciones etnocéntricas.
A veces, por ejemplo, con la gente inmigrante, se utiliza su diferencia en un discurso que trata de relacionar el fracaso social, la pobreza, violencia y marginación creciente en nuestra sociedad, como producto de la llegada de inmigrantes que amenazan nuestra armonía cultural.
Sin embargo, son fuente de riqueza. La diversidad contribuye al desarrollo personal y social y nos enriquece como humanidad.
Hablar de diversidad cultural es hablar de los reconocimientos que han impulsado los pueblos indígenas, o algunos fenómenos sociales como la migración o la globalización.
La cultura es una hermosa diversidad que posee un valor muy importante tanto para unión social y la paz.
La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, adoptada por 185 Estados miembros en 2001, constituye el primer instrumento normativo internacional para preservar y promover la diversidad cultural y el diálogo intercultural.
En este contexto, no ajeno a la realidad de Sakana, especialmente en los últimos años, donde la gestión de la diversidad se presenta necesaria pero no exenta de dificultades, la Mancomunidad de Sakana viene realizando más de una labor en pro de la cohesión social, defensa de los derechos de todas las personas y reconocimiento del/a otro/a como diferente.
En el año 2012 se creó la Comisión Migraciones y Diversidad. Como órgano asesor de la Mancomunidad pueden participar en ella personas designadas por los ayuntamientos que la integran, así como particulares y miembros de distintos sectores sociales
¿QUIERES PARTICIPAR?
Dado el carácter abierto y diverso de la propia comisión, invitamos a quien quiera participar en pro del reconocimiento a la diversidad de origen de las personas y colectivos que viven en Sakana, haciendo de la diversidad un elemento cohesionador de la población de la zona.
Sólo tienes que ponerte en contacto con nosotros/as : immigrazioa@sakana-mank.com o 648 07 07 10